El exalumno participó como mentor en la primera Hackathon de OpenAI en Latinoamérica.
Gabriel Gatica es experto en tecnología e innovación con amplia experiencia en IA, ciencia de datos, I+D y gestión de proyectos. En el transcurso de su carrera ha aplicado conocimientos diversos para crear un impacto positivo en la sociedad buscando formas de mejorar vidas a través de soluciones tecnológicas innovadoras. Se considera un profesional con fuertes habilidades de liderazgo de equipos y la capacidad de aprender y aplicar rápidamente nuevos conocimientos.
Gabriel: ¿Cómo comenzó tu interés por la tecnología?
“Mi relación con la tecnología comenzó en la ciudad de Chillán. Desde niño, sentía una gran curiosidad por entender cómo funcionaban las cosas, al punto de desarmar todos los juguetes que me regalaban solo para ver qué había dentro, me gané buenos retos por ello. Esas ganas de conocer se transformaron en poder hacer cosas cuando en tercero básico, un familiar de un compañero de curso, nos enseñó a programar en BASIC; con un algunos comandos como print, input, if then goto hicimos un chatbot con un árbol de decisión que preguntaba tu nombre lo ocupaba de variable y hacía preguntas de niños.
Ese momento de programar y crear cosas con una pantalla azul y letras grises fue un buff para el pensamiento lógico, autodidacta, problem solver y creo que sin querer queriendo se convirtieron en una parte importante de mi vida. No me desconecté de los computadores y terminé convirtiéndome en el ayudante de la sala de computación de la escuela Los Héroes D-202, ayudando a profesores y compañeros por igual. Los videojuegos también fueron parte de esa afición que tenía, de hecho varias veces traté de hacer un par de juegos y salieron intentos fallidos.
Luego estudié en el Liceo Industrial de Chillán, continué desarrollando mis habilidades tecnológicas en un ambiente diverso, rodeado de compañeros de diferentes lugares y realidades. Allí, aprendí mucho sobre la vida y las relaciones humanas. Además, descubrí que podía aplicar lo que sabía para generar un pequeño emprendimiento que hacía páginas web, reparaba computadores, vendía juegos, resúmenes, e incluso ayudaba a mis amigos a conectarse a internet. Estas experiencias me ayudaron a entender que la tecnología no solo era una pasión, sino también una herramienta valiosa con la que podía contribuir y hacer cosas útiles para los demás”.
Desde tu ingreso a la academia hasta convertirte en el CEO de Artificyan, nos podrías relatar cómo fue ese viaje…
“Mi tiempo en la Universidad fue todo un desafío. Mientras estudiaba, trabajaba como científico de datos e inteligencia artificial para el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA). Liderar proyectos de agricultura digital mientras aprendía de manera autodidacta ciencia de datos e inteligencia artificial fue una experiencia intensa. Tomaba cursos de doctorado que tenían abiertas sus clases y complementaba eso con muchísima prueba y error. A partir de este trabajo, realizamos algunas publicaciones que, para mi sorpresa, me llevaron a ser invitado como Visiting Scholar en la Universidad KU Leuven, en el departamento de Biosistemas. Allí apoyé el desarrollo de visión robótica con redes neuronales hiperespectrales. Fue un momento clave en mi vida, ya que incluso me ofrecieron un PhD con beca, pero no pude aceptarlo porque todavía estaba en pregrado.
Después, tuve la oportunidad de hacer una estancia de investigación en el Fraunhofer Institute IIS en Erlangen, Alemania, el lugar donde inventaron el MP3. Trabajé en reconocimiento facial, inteligencia artificial, estimación de edad en tiempo real, desarrollo de algoritmos y frameworks en tiempo real, y supercomputación en Linux, todo esto antes de la era del deep learning. Esa experiencia fue muy enriquecedora y me permitió desarrollar habilidades que aplicaría más adelante en mi carrera.
Mientras tanto, comencé un emprendimiento de smartlabels llamado TBAND, donde generamos una patente de invención que tomó cinco años en ser otorgada. La patente trataba de una etiqueta inteligente que contiene un código estático y otro dinámico para la trazabilidad de la cadena de frío sin energía eléctrica mediante nanomateriales inteligentes y un código tipo QR con una capacidad de almacenamiento hasta un millón de veces mas densa que los códigos tradicionales. Este proceso fue largo y lleno de aprendizaje. Mientras esperaba la patente, fundé Artificyan. La transición de la academia al emprendimiento tecnológico fue un camino lleno de retos, pero cada paso me preparó para liderar y crear soluciones de inteligencia artificial para la Industria 4.0, que es donde hoy enfoco mis esfuerzos como CEO y CTO de Artificyan. Quisiera destacar el rol y la gran labor del Instituto 3iE en esta etapa, donde ganamos 4 torneos de innovación 2 con Tband y dos con Artificyan”.
¿Cómo lograste equilibrar tus estudios universitarios con trabajar como científico de datos e inteligencia artificial?
“Aquella etapa fue bastante compleja. Mientras estudiaba en la Universidad Técnica Federico Santa María y luego en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso trabajaba como científico de datos inteligencia artificial en el programa de agricultura de precisión del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA). Lideraba el desarrollo de proyectos de agricultura digital y, honestamente, fue un desafío monumental equilibrar ambas cosas.
Aprendí mucho de forma autodidacta, en ese aspecto agradezco mucho el estilo de formación de la Universidad Federico Santa María que fue fundamental a fomentar esta habilidad, de hecho para mi ha sido la herramienta fundamental para poder aprender Inteligencia Artificial cuando aún no estaba en el hype. Para aprender buscaba en internet cursos de master y/o doctorado de universidades americanas que tuviesen sus clases y trabajos prácticos abiertos, generalmente quedaban abiertos las versiones del semestre anterior; con eso me iba armando un propio repositorio y biblioteca a la vez que aprendía través de mucha prueba y error.
Sin embargo, el esfuerzo valió la pena. El trabajo en INIA resultó en algunas publicaciones científicas y me llevó a una invitación como Visiting Scholar al departamento de Biosistemas de la Universidad KU Leuven en Bélgica. Allí, pude apoyar en el desarrollo de visión robótica con redes neuronales hiperespectrales. Incluso me ofrecieron un PhD con beca, que lamentablemente no pude aceptar porque aún estaba en pregrado. En este viaje a Bélgica también aprendí a como trabajar en equipos multidisciplinarios y multiculturales desafíos complejos generando sinergia entre todos los integrantes del equipo”.
¿Qué te motiva a seguir innovando y liderando en el campo de la tecnología?
“Mi mayor motivación es ver cómo la tecnología puede mejorar vidas. Creo firmemente en el poder de la innovación para crear un mundo mejor. Con Artificyan, mi objetivo es seguir desarrollando soluciones que no solo sean innovadoras, sino que también tengan un propósito claro y tangible. El impacto positivo que la tecnología puede tener en la sociedad es lo que me impulsa a seguir adelante, a pesar de los desafíos.
Dentro de los factores que también me motivan a seguir innovado es la segunda oportunidad que me dio la vida, a principios del año 2022 pase por un cáncer y durante ese tiempo tuve un cambio de mindset, de prioridades y de como percibir la vida. Prioricé mi familia a mi señora Fabiola y a mi hijo Lucas que tenía 6 meses en ese momento, dejé todo lo laboral en pausa y surgió la oportunidad de hacer clases online de IA, Ciencia de Datos e I+D+i en la Escuela de postgrado de la UTEM, me tome las cosas con calma, mientras sentía que estaba transitando por el valle de la muerte, bien conocido por los emprendedores, pero en la vida real. Este año 2024, volvi a reconectar con el ecosistema y desde Mayo comencé a conformar equipo nuevamente donde he conodido a gente genial que ahora son parte de Artificyan y aprovecho de enviarles un saludo a Rigo, Cami, Andres, Sandri, Aldo, don Omar, Cony, Andrei, Dany, Monse y Barbi”.
¿Cómo ves el futuro de la inteligencia artificial en la Industria 4.0?
“El futuro de la inteligencia artificial en la Industria 4.0 es increíblemente prometedor. Estamos apenas en la superficie de lo que será posible en los próximos años.
La integración de la Inteligencia Artificial, cada vez será más rápida y de forma natural se consolidará como el motor que impulse la próxima revolución industrial. La automatización inteligente, la optimización de procesos y la personalización a gran escala se volverán la norma, transformando la manera en que operan las fábricas, las cadenas de suministro y las empresas en general.
Sin embargo, esta transformación no estará exenta de desafíos. La integración de la IA en sistemas industriales requiere no solo tecnología avanzada, sino también un cambio cultural en las empresas. Cuando me refiero a un cambio cultural hay que entenderlo desde el punto de vista humano. Es fundamental que las organizaciones entiendan que la IA no reemplazará el trabajo humano, sino que automatizará tareas repetitivas, lo complementará y potenciará, permitiendo a las personas enfocarse en tareas más estratégicas y creativas.
En Artificyan, estamos comprometidos con liderar esta transición, desarrollando soluciones que no solo sean tecnológicamente avanzadas, sino también accesibles y adaptables a las necesidades específicas de cada industria. Estoy convencido de que en los próximos años veremos un auge en la adopción de la IA, y estaremos allí para ayudar a las empresas a navegar este nuevo panorama. En nuestro caso particular tenemos un foco en la sostenibilidad, adaptación al cambio climático y tecnologías emergentes”.
¿Qué consejo le darías a los jóvenes emprendedores que desean incursionar en la tecnología y la inteligencia artificial?
“Mi consejo para los jóvenes emprendedores es que no tengan miedo de lanzarse y aprender en el camino. La tecnología y la inteligencia artificial son campos en constante evolución, y siempre habrá algo nuevo que aprender. No esperen a tener todas las respuestas antes de empezar; el aprendizaje viene con la experiencia y los errores.
Además, es crucial ser autodidacta y tener curiosidad por entender cómo funcionan las cosas. Mi propio camino estuvo lleno de momentos de prueba y error, y aprendí mucho tomando cursos de doctorado abiertos y aplicando ese conocimiento en proyectos reales. No se trata solo de acumular conocimientos, sino de saber cómo aplicarlos para resolver problemas del mundo real.
Rodearse de un buen equipo es esencial. Nadie puede hacerlo todo solo, y tener personas con diferentes habilidades y perspectivas a tu lado es invaluable. Asegúrense de construir una red de contactos y buscar mentores que puedan guiar su camino. Y lo más importante, no pierdan de vista por qué comenzaron. Contar con una visión clara y un propósito los mantendrá motivados, incluso en los momentos más difíciles”.
¡Cuéntanos tu experiencia en el evento de OpenAI!
“Hace unos días tuvimos la oportunidad de participar en la primera hackathon de OpenAI en latinoamérica. Al principio ibamos a participar como hackers en Inteligencia Artificial, nos llamaron de la organización del evento que estabamos sobrecalificados y nos ofrecieron un upgrade de hacker a mentor. Fue genial, tres participantes de nuestro equipo: Rigo, Aldo y yo estuvimos mentoreando al semillero de talentos en IA, 150 hackers de diversos países, expertos, gente muy cool, todos pareciamos niños, estuvo genial. Conocimos al staff de OpenAI, compartimos con megacracks de la IA como Wilson Pais Director latinoamericano de Microsoft, Daniel Ávila CEO de CodeGPT, Hanna Back de Authomata, Nicolas Robinson Head of Policy Latam OpenAI, Fabian Acuña Founder de CommunityOS muchos otros cracks, tambien destaco la presencia de algunas comuidades como El club de la IA, Python Chile, JS Chile, Women for Ux. Para cerrar quisiera felicitar a todos los participantes, a la organización y mentores fue un esfuerzo colectivo y salio genial. De nuestros equipos mentoreados cuatro pasaron a la final y dos resultaron ganadores incluyendo al proyecto Justa que ganó el primer lugar de la competencia y ProtoAI que obtuvo el premio de la comunidad”.