Carlos Olmedo, Director General de Prosys Ingeniería y orgulloso exalumno de la Universidad Técnica Federico Santa María, se ha convertido en un referente de la comunidad sansana al sumarse como donante del programa de Becas USM. Su historia personal y compromiso con la educación superior lo motivaron a apoyar esta iniciativa que busca entregar oportunidades a estudiantes con talento y compromiso, pero con recursos limitados.
Para Olmedo, la motivación a sumarse a este tipo de iniciativas tiene una respuesta clara y emotiva: devolver la mano. “Cuando estuve en la universidad, tuve muy buenas oportunidades y recibí mucho apoyo económico: beca residencia, alimenticia, fondo solidario… Gracias a eso pude estudiar bien. Hoy, que está en mis posibilidades, quiero retribuir el apoyo que recibí”, comenta.
Una donación alineada con los valores de la empresa
Desde su fundación en 2007, Prosys ha crecido junto a un equipo compuesto en gran parte por exalumnos sansanos. Según Olmedo, los valores que aprendieron en su etapa universitaria —compromiso, honestidad y flexibilidad— siguen vigentes en la cultura organizacional de la empresa. “Hoy somos más de 80 personas y esos valores siguen marcando nuestra forma de trabajar”, destaca.
Olmedo recuerda con admiración el lema original de Don Federico Santa María: Escuela de Artes y Oficios en apoyo al alumno desvalido meritorio. “Queremos apoyar a quienes realmente quieren estudiar, a los que necesitan solo una manito para salir adelante. Si están comprometidos, nosotros encantados de ayudar”, explica. Para él, el impacto va más allá del estudiante beneficiado: transforma vidas, familias y comunidades.
Una relación duradera con la educación superior
La colaboración de Prosys con el mundo académico no es nueva. Desde hace años, la empresa cuenta con un programa de “semillero” que incluye prácticas, memorias, tesis y un modelo de inserción laboral gradual. “Hemos formado a más de 15 o 20 personas bajo esta metodología. Ha sido una escuela muy satisfactoria”, asegura Olmedo.
El mensaje de Olmedo a otras empresas y potenciales donantes es claro: apoyar a los jóvenes cambia vidas. “Hay que ayudar, tender una mano. Cuando a uno le ha ido bien, tiene que agradecer y devolver la mano. No es necesario ser empresario; cualquier persona que pueda, suma. Un aporte puede marcar la diferencia no solo para ese alumno, sino también para su familia y su futuro”, enfatiza.
¿Por qué es importante donar?
Cada aporte, por pequeño que parezca, se transforma en una oportunidad para estudiantes que necesitan apoyo para continuar sus estudios. En muchos casos, es ese impulso el que marca la diferencia entre abandonar o seguir adelante.
Súmate tú también
Tal como lo hizo Federico Santa María, puedes comprometerte con la formación de nuevas generaciones. Tu apoyo puede cambiar vidas.