Sebastián Salazar: “Recibir la beca de exalumnos fue un gesto que me llenó de ánimo”
El estudiante de Ingeniería Civil en Casa Central comparte cómo la Beca Alumni de Arancel le permitió continuar sus estudios con menos presión económica y más tiempo para investigar.
Los desafíos económicos son una realidad frecuente para muchos estudiantes universitarios. En esos momentos, el respaldo de la comunidad sansana puede marcar una enorme diferencia. Así lo vivió Sebastián Salazar, estudiante de Ingeniería Civil en la Casa Central de la USM, quien fue beneficiado con la Beca Alumni de Arancel.
“Recibir la beca de exalumnos fue un gran alivio y un gesto que me llenó de ánimo. En un momento que la carga económica se hacía difícil de sobrellevar, esta ayuda me permitió cubrir parte de mi deuda con la universidad y seguir adelante con mis estudios”, comenta Sebastián.
Más allá del apoyo financiero, esta ayuda significó para él algo aún más profundo: el sentir que no estaba solo, que la comunidad de exalumnos y exalumnas seguía presente, acompañando desde su propia experiencia a quienes hoy recorren los mismos pasillos.
“El principal beneficio fue que pude dedicar más tiempo a la investigación, en lugar de trabajar, a la vez que el dinero que hacía de forma paralela pude invertirlo en mi familia y amistades”, añade.
El testimonio de Sebastián nos recuerda que cada aporte cuenta y que las becas no solo alivian la carga económica, sino que generan bienestar, motivación y nuevas oportunidades para crecer.
Gracias a las donaciones de exalumnos y exalumnas comprometidos, más estudiantes como Sebastián pueden avanzar, desarrollarse y soñar sin tantas barreras.
¿Por qué es importante donar?
Cada aporte, por pequeño que parezca, se transforma en una oportunidad para estudiantes que necesitan apoyo para continuar sus estudios. En muchos casos, es ese impulso el que marca la diferencia entre abandonar o seguir adelante.
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